domingo, 27 de marzo de 2011

Se le ha corrido el rimel, y eso no esta bien.

Es invierno y llueve, pero aun así, Alice lleva la ventanilla bajada y va asomada en ella. El viento rebolotea en su pelo y unas pequeñas gotas cristalinas empañan su cara. Ella mira el paisaje con morriña, y a ratos, una pizca de decepción asoma entre su mirada. Ya estaba de vuelta en casa. De nuevo, tendría que volver a empezar, a ver las mismas caras. Y eso a ella, no le gustaba. Cogió su maleta y subió las escaleras con desgana, ya casi no recordaba el crujido del último escalón, ni el color azul turquesa de la fachada. Cruzó el estrecho pasillo hasta su habitación, agarró el pomo y sintió como los recuerdos la abrazaban, igual que a una extraña. Abrió la puerta y miró a su alrededor, todo estaba tal y como ella recordaba.
Cuando acabó de colocar todo, ya el reloj marcaba las ocho. Antes subía al desván, pasaba mucho tiempo allí, sobre todo en invierno. A veces salía fuera también, aunque lloviese, no le importaba mojarse. Adoraba el olor de la tierra húmeda y sentarse sobre el mullido césped, mientras dejaba que la lluvia calara en sus huesos. Pero ahora ya no. Se le había corrido el rímel y eso no estaba bien, sacó su neceser de maquillaje. El rosa fucsia predominaba en su mirada, destellos de dorados y plateados, se hacían con el control de su piel. De nuevo todo estaba colocado. Llovía, llovía a cántaros. Alice no subió al desván, ni salió fuera a cantar, como en aquellas tardes de invierno, en las que reía hasta desmayarse y después, se dejaba caer exhausta sobre la hierba aún mojada. Pero ahora ya no. Ahora lleva uñas de porcelana, usa ropa de marca y se ha echo una permanente cara, muy cara. Ahora, se le ha corrido el rímel y eso no esta bien. Nada bien. Hace ya tiempo que Alice renunció a lo que más le gustaba por tener un grupo de amigas, de esas amigas guays que todo el mundo quiere tener, y ahora Alice ríe chistes tontos sin ganas. Alice ha cambiado como persona y ella no lo sabe.
Ignora, que desde hace ya mucho tiempo... no llueve en su ventana.

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