sábado, 9 de abril de 2011

- Verás, siempre llevo todo cuanto necesito: aire en mis pulmones y unas hojas de papel en blanco. Me encanta despertarme por la mañana sin saber lo que va a ocurrir, a quién conoceré o dónde me llevará la vida. Hace unas noches dormía bajo un puente y ahora estoy aquí, en el buque más grande del mundo, bebiendo champán con personas distinguidas. Creo firmemente quela vida es un regalo,y no pienso desperdiciarla. Nunca sabes qué cartas te repartirán la próxima vez. Aprendes a aceptar la vida tal cómo viene. Así, cada día cuenta.

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